Ir al contenido principal

Promueve SEDENA cultura de guerra entre niños de Nuevo León

Foto: @RExpuesta
El Ejército y Fuerza Áerea Mexicanos realizaron una exposición militar durante un mes en el interior del Parque Fundidora, en Monterrey. Cientos de niñxs y adolescentes, el público al que se dirigía principalmente la exposición -según el flyer informativo-, tuvieron acceso a vehículos e infraestructura militar. En las imágenes se puede ver cómo lxs niñxs podían tomarse fotos con militares fuertemente armados e incluso participar en dinámicas de entrenamiento militar. La exposición titulada “La Gran Fuerza de México” fue todo un éxito entre el público regiomontano, como lo demostraron las largas filas para entrar al show bélico.


Te invitamos a leer el editorial de Ximena Peredo, publicado en El Norte y el blog Bajo la sombra de un árbol, sobre la exposición de la Sedena.

Ejército de niños

La niña coloca su barbilla sobre los dorsos de sus manos y sonríe a la cámara. Otra, pide su mamá, la pequeña dobla sus piernas y posa su cabeza sobre uno de sus hombros imitando la mirada sexy de las supermodelos. Nada me sorprende, excepto que la pequeña está sentada sobre el frente de un vehículo militar blindado y que, a su lado, hay una fila de niños esperando su turno. Está padrísimo, le dice un chico a sus papás. Nadie parece reparar en lo macabro de la escena.

Foto: @RExpuesta
Fui a la exposición “La Gran Fuerza de México”, instalada en la Nave Lewis del Parque Fundidora. Me llené los ojos de escenas todavía más angustiantes, como por ejemplo, ver a grupos escolares de niños de 6 ó 7 años trepándose a los tanques, torciendo el volante de los vehículos, tocando granadas y proyectiles. Los vi con casco, chalecos antibalas, mochilas con sistemas de comunicación: un ejército de niños.

Los soldados contestan con paciencia cada una de las preguntas de los visitantes: ésta sirve para matar a 20 personas, me explica un amable soldado, señalando una granada. Es experto en armas. Le divierten, sobre todo, las preguntas de los niños más pequeños. Pero también le han ocurrido momentos incómodos, me advierte, como cuando un adolescente le recitó de memoria cada una de las características de las armas en exposición y luego confesó sus deseos de matar a una bruja. Estaba tocado de la mente, sentencia el soldado.

Hace ocho años entró al Ejército el ingeniero en comunicaciones que me explica cómo funcionan los teléfonos satelitales. Antes era muy pachanguero, todos en su barrio lo conocían y lo invitaban a reuniones. No miente, hay melancolía en sus ojos. Cuando le pregunto si extraña la fiesta me dice sorprendido: ¡me volví una persona antisocial! Ya nadie me saluda cuando voy a mi casa. Mis hermanas dicen que no me reconocen. Pero ahora soy muy ordenado, tengo todas mis cosas ordenadas, me dice con un orgullo incierto que no alcanzo a comprender.

Foto: @RExpuesta
El soldado que me explica cómo se potabiliza el agua se indigna cuando le comento que no estoy a favor de esta guerra. No es una guerra contra las drogas, le explico. Sólo un 6 por ciento de mexicanos consumen algún tipo de narcóticos ilegales. No me lo cree. Le cito la Encuesta Nacional de Adicciones, subrayo que fue elaborada por el Gobierno federal. Me mira largamente y me contesta con una pregunta: ¿a poco está conforme con el Gobierno civil?

Otro soldado se pregunta por qué el Gobierno no acepta que no puede controlar su zona y pide apoyo a las “fuerzas federales especializadas” y, diciendo esto, da unas ligeras palmadas al tanque que está a su lado. Seguiríamos platicando, pero nos interrumpe el Himno Nacional Mexicano, que suena en los altavoces de la nave. Cada dos horas cantan y saludan a la bandera. ¿Para qué?, pregunto desconcertada, el soldado dice que es para que todos los visitantes lo canten.

Luego de los vehículos, las armas, las municiones y los artefactos de comunicación, el visitante pasa por un área de promoción a las escuelas militares. Cada escuela tiene un uniforme digno de apantallar a cualquier adolescente formado por la televisión mexicana. ¿Cuántos niños no salen soñando portar ese traje de piloto? ¿Cuántos no desean disparar el cohete, el lanzagranadas, la ametralladora? ¿Contra quién? Contra “los malos”, por supuesto. No tiene usted nada de qué preocuparse.

Al término del recorrido está el área de la Policía Militar. Sobre las gradas, los niños aplauden enternecidos a los perros adiestrados que se tiran de muertito, se sientan y se paran en dos patas. Me pregunto cuánto sufrimiento tuvieron que infringirles para volverlos tan obedientes y sumisos. Luego recorro con la vista a los niños y a las niñas con sus uniformes escolares, que no pierden detalle del modesto espectáculo. ¿Quién los educó a admirar esta guerra? ¿Alguien repara en el sufrimiento de por medio?

Niños y niñas salen de la exposición a jugar con la tirolesa, a sentarse en el comedor réplica de un campamento militar, comen hot dogs. A lo lejos los veo contentos y no puedo evitar temer a sus fantasías.

ximenaperedo@gmail.com

"Habrá actividades para niños y adolescentes", dice el flyer de la Sedena.

COMBATEN JÓVENES EXPERIENCIA BÉLICA CON MENSAJE DE PAZ Y NO VIOLENCIA

Jóvenes regiomontanos decidieron combatir la maquinaria mercadotécnica de la Secretaría de la Defensa Nacional al realizar el domingo 29 de mayo una manifestación llamada "Mejor Paz", llevando un mensaje de no violencia al área donde los visitantes a la exposición militar realizaban las largas filas esperando entrar al mundo de la guerra.

La intención de lxs jóvenes quedaba muy clara en la invitación al evento, pues rechazaban "permitir que la guerra, la muerte y la violencia se conviertan en los héroes de nuestros niños, en ninguna de sus expresiones".

Instalados a un lado de la Nave Generadores, sede de la expo militar, lxs manifestantes pudieron convivir con niñxs a los que pedían pintar y explicar lo que para ellos significa la palabra paz. Aquí algunas imágenes del evento.

 [fotos tomadas por Pablo Uriel Facundo Covarrubias]








Los organizadores de este evento señalaron a Realidad Expuesta que en algún momento de la actividad pacífica fueron intimidados por personal militar, quienes tomaron fotografías a los jóvenes manifestantes. Igualmente sufrieron ataques verbales de algunas de las personas que esperaban entrar a la exposición por cuestionar al Ejército.

Comentarios