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#MiBarrioNOesDistrito / Opinión por Emiliano Sánchez


Por Emiliano Sánchez

A mundos muy ajenos podemos pertenecer, viviendo en una ciudad tan vasta como Monterrey. Tal es la impresión que me deja el acercarme a la Colonia Independencia a palpar de cerca cómo se vive ahí dentro el planteamiento de la Interconexión Monterrey-San Pedro.

La concepción académica de lo que es una ciudad de vanguardia parece hoy una mirada nostálgica a lo que algún día fue vivir en comunidad. Adornada con conceptos como cohesión social o movilidad sustentable, con los que las administraciones de Monterrey y San Pedro intentan explicar a los vecinos los beneficios del proyecto, le causa gracia a personas que toda la vida han caminado, usado el transporte público, la bicicleta y conviven a diario entre sí. “¡Pero si eso ya lo tenemos aquí!”.

Colonia Independencia. Imagen tomada de El Blog del Regio
Eso a lo que se empeñan en llamarle "regeneración urbana", bandera del proyecto Distrito Independencia, comparte más características con “desplazamiento”. El Barrio San Luisito, establecido en las periferias de un Monterrey en el que ya no cupo, ahora se encuentra en un centro estratégico del Área Metropolitana, cercano a diversas zonas de la ciudad y con acceso a múltiples rutas de transporte público. Los vecinos de la Independencia saben que sus terrenos tienen un valor que el dinero no puede comprar.

A esto hay que agregarle la oferta de productos y servicios que existe dentro del barrio y permite a quienes lo habitan, no tener que transportarse largas distancias para satisfacer sus necesidades de consumo. Estas características en una zona urbana hoy en día, son anhelos de una ciudad que ha crecido desmedidamente. Así que vamos por ustedes.

Mientras diversas instancias comunican que las negociaciones con vecinos avanzan, pintando un panorama favorable, la Independencia se une al grito de “Nadie se va. Todos nos quedamos”. "No hay negociación” #MiBarrioNOesDistrito. Incluso existe un grupo interno que apoya a los vecinos a comprar ahí, ubicando terrenos en venta y negociando facilidades para que sean ellos mismos quienes los adquieren.

Intentos de compra abundan, pero la postura se mantiene firme. La comunidad de la Independencia está consciente de que este juego se llama gentrificación y lo que implica.

Y es que sería en verdad difícil entender cómo nuestros gobernantes siguen pensando en avenidas para solucionar el problema del tráfico en el Área Metropolitana de Monterrey (AMM), de no ser por el jugoso proyecto inmobiliario que acompaña al Distrito Independencia, del que la Interconexión es sólo una parte.

Si este ambicioso proyecto de 2 mil 500 millones de pesos no ofrece una solución de fondo uno de los problemas de movilidad en el AMM y si la Independencia no es un área que necesita ser regenerada porque cuenta con características anheladas por el desarrollo urbano de hoy en día, nos encontramos entonces frente a un intento de despojo. Alguien está pensando: “Tú no mereces vivir ahí. Yo sí”.

O cómo nos explicamos entonces un proyecto que no se encuentra previsto en ningún plan o programa de desarrollo urbano oficial vigente, ni cuenta con estudios técnicos que lo justifiquen, como uno de aforo vehicular actualizado y proyecciones de tráfico a inducir (SURMAC y otras). Nuestra ciudad ya no está para improvisaciones.

La Ley de Desarrollo Urbano vigente señala en su artículo 95 que modificar parcialmente un plan o programa de desarrollo urbano municipal, estatal o metropolitano, requiere realizar una consulta ciudadana a los propietarios de los predios que se encuentren dentro de la zona afectada. Quisiera ver los resultados de esa consulta.

Lo que vemos desde afuera sobre lo planteado por este proyecto y nuestra ciudad ideal, es muy opuesto a lo que vive la comunidad de la Independencia, al ver que otra vez ya no caben en la ciudad. Duele aceptarlo, pero entre lo poco que valoramos nuestro patrimonio histórico y lo mucho que queremos resarcir nuestros errores de desarrollo urbano con soluciones de corto plazo, amenazamos hoy con partir en dos a una comunidad además emblema de la cultura popular regiomontana.


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Entrevista a Erika Charles, vecina de la Col. Independencia en resistencia contra la 'Interconexión'

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