Este funcionario inició su cargo directivo a mediados del 2004, tras sustituir al Dr. Jesús Ancer. Este es, al parecer, el último año de su segundo término como director de Medicina.
A continuación se presenta un texto escrito el 26 de septiembre de 2009 por un estudiante de la Facultad de Medicina que ha vivido de cerca estos acontecimientos. Sin embargo, por temor a las represalias es hasta este momento que se hace público su contenido.
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TEXTO ÍNTEGRO:
REPRESIÓN
El recién acontecido episodio de represión durante el sexto informe de gobierno de Natividad González, donde un grupo de porros de la CROC en presumible alianza y acuerdo con Nati, atacó a una manifestación de protesta pacífica de 10 personas, la mayoría de la tercera edad, afectados de la UCREM; es un hecho lamentable, vergonzoso y que hace evidente la naturaleza represora de nuestros gobernantes, su doble cara y la inexistente disposición para escuchar quejas y propuestas por parte de los grupos disidentes y desprotegidos que claman justicia y ser escuchados.
El ejercito y la policía que se encontraban presentes no hicieron nada por detener la agresión, ¿para qué estaban ahí si no era para cumplir esa función? ¿Para proteger a Nati y reprimir a más disidentes?
La represión de aquel día fue el verdadero informe de gobierno, un gobierno que da la espalda y reprime al pueblo, al pueblo que se supone representan y a quien deberían defender.
En este contexto y en el del próximo 2 de octubre, me atrevo, pese a las posibles repercusiones en mi contra y en contra de mis compañeros, a exponer una situación vergonzosa y similar que ocurre en mi querida facultad de medicina.
La represión en mi facultad ha alcanzado límites intolerables. Ya hace mucho la participación, las opiniones y quejas debían ser anónimas, siempre a escondidas por temor a represalias por parte del régimen de directivos. El GRES (Grupo de Resistencia Estudiantil) fue perseguido cuando cuestionó la reelección de Donato Saldivar, la enorme cantidad de recursos designada para su campaña y que fuera él el único candidato. Luego, cuando se aprobó el vergonzoso estacionamiento, el más caro de México ($20 hora o fracción), el único que cobra a empleados, doctores, alumnos y pacientes por igual; muchas voces se levantaron contra ese infame proyecto que a todas vistas favorecería a la empresa privada que lo financió y a los directivos, todas fueron silenciadas con amenazas o con dinero.
Recientemente, en el contexto del fin de funciones de Donato Saldivar, la situación de represión se ha exacerbado llegando a límites que violentan la libertad de expresión y la intimidad de los alumnos. El caso más reciente y grave de esta lista de atropellos fue el que implicó el uso del Facebook para investigar, castigar, obligar a borrar lo escrito, obligar a pedir disculpas a distintos departamentos, citar a padres y a deliberar las sanciones contra los implicados en el máximo órgano de la universidad: El consejo de honor y justicia.
Nosotros, los alumnos tenemos todo que perder. Los directivos, ningún escrúpulo por aplastarnos como moscas con el único propósito de proteger sus intereses. Dichas prácticas casi de espionaje son inadmisibles, máxime en una institución universitaria pública y que ha sido históricamente cuna de ideales y luchas estudiantiles por la justicia social.
Aparte de corruptos y nepotistas, los directivos muestran su faceta de inabordables e insensibles a las críticas y sugerencias, dispuestos primero a reprimir a toda voz que discrepe antes de negociar y trabajar en conjunto con el estudiantado en pro de la mejora de la institución.
Una pena que conductas tan reprobables se impartan tan temprano en nuestras vidas, no es de sorprender cómo estamos actualmente con todo este contexto social condicionante. La forma de ser apática, temerosa y hasta de simpatía por estas prácticas es resultado de convivir con ellas en el día a día sin poder hacer algo.
Por mí, por mis compañeros, por los que están por venir, no puedo menos que denunciar esta bochornosa situación que a todos nos llena de rabia e indignación.
ATTE
Ignacio Ramírez Calzada "EL NIGROMANTE"
Monterrey, Nuevo León.
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Según nos revelan nuestras fuentes, hasta la fecha el director de Medicina continúa con su política represiva, castigando arbitrariamente a otros alumnos: los están expulsando de los departamentos a los que estaban adscritos y quedan amenazados de ser llevados ante Honor y Justicia.
No nos sorprende que al investigar sobre el señor Saldívar hayamos encontrado este video del noticiero de Multimedios en el que se reporta la detención de Donato Saldívar en un operativo antialcohol. Tránsito de Monterrey le realizó un dictámen al, ya en ese entonces, director del Hospital Universitario, en el que se le detectó un estado de ebriedad completa, razón por la cual se le detuvo el automóvil y se le aplicó una multa.
Es una vergüenza que en una universidad pública como la UANL se reprima al estudiantado, cuando el trabajo de estos directivos debería todo lo opuesto. Estos burócratas escolares deben garantizar a los alumnos el ejercicio pleno de los derechos que garantiza la Constitución Mexicana, como, por ejemplo, el de la libertad de expresión. En lugar de reprimir, estos funcionarios deben promover mesas de debate sobre las problemáticas de la institución, permitir canales de diálogo ante la inconformidad contra ciertas políticas y prácticas administrativas.
Los futuros médicos de la UANL no están solos, y RealidadaExpuesta.org seguirá de cerca este caso para denunciar la situación represiva que viven actualmente.
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