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Periodismo crítico contra la depredación ambiental de Femsa

En un par de semanas se han publicado dos artículos que señalan la incongruencia que puede llegar a representar una empresa que se llama a sí misma "socialmente responsable".

Dado el interés que tiene Femsa por construir con urgencia un nuevo estadio para el equipo de fútbol Rayados, la empresa líder mundial de bebidas -que colaboran a incrementar el problema de salud pública vía la diabetes, y a incrementar el nivel de alcoholismo 'social'- tiene en su mira la construcción de dicho estadio en un área verde aledaña al parque La Pastora, en el municipio de Guadalupe, NL.

¿A qué beneficios sociales se refiere José Antonio Fernández Carbajal, presidente de Femsa, cuando habla de la construcción de esa cantina y estacionamiento gigante en ese espacio verde? No se entiende cómo un proyecto que va a destruir una zona verde vital en Guadalupe podría compensar con algunos empleos temporales, y unos cuantos permanentes, la vida de las colonias aledañas, pero fundamentalmente la función ecológica que cumplen esas hectáreas. Además ¿qué beneficio tendría meter a una zona altamente congestionada por el tráfico vehicular dicho estacionamiento?

Respecto al terreno a un lado del parque La Pastora, que quieren obtener vía comodato (es decir, que se lo regale el Estado), el argumento principal es que es un terreno que, o lo usa el parque de basurero, o ahí había un tianguis de autos por lo que no habría impacto. Sin embargo, con una rápida mirada a las imágenes satelitales (vía Google Earth), se observa claramente cómo el área que están mendigando es un enorme espacio completamente verde. Esto no quiere decir que sea un bosque, pero la vegetación nativa que está en el terreno cumple funciones básicas para el ecosistema de la zona. En esa imágen se ven dos zonas impactadas por construcción o uso urbano: un estacionamiento en la parte inferior, y una zona café en la esquina inferior derecha, donde se establecía el tianguis de autos. Pero juntos no representan ni un 15 ó 20 por ciento de todo el terreno.

Lo más increíble, además de la ceguera ante lo que provocaría la destrucción de esa área verde, es la inexistencia de un argumento para que el gobierno de NL tenga que ceder el terreno como comodato, si “a pesar de enfrentar un entorno económico desafiante [...] los ingresos totales de FEMSA alcanzaron Ps. 22,752 millones en el cuarto trimestre de 2008, representando un incremento de 23.9% en relación al mismo periodo del año anterior”, según sus propios reportes.

¿Por qué la ciudadanía tendría que pagar el terreno para la cantina gigante de Femsa, que además destruiría un área verde vital? Vivir de comodatos y destruir ecosistemas no tiene nada de empresa socialmente responsable.

En el círculo rojo se distingue el área que pretende Femsa recibir como 'regalo' de la ciudadanía.
El primer artículo fue escrito por Ximena Peredo, y publicado en El Norte el 13 de noviembre:

La avaricia de Femsa
Por Ximena Peredo

Las empresas pueden tener comportamientos antisociales. Algunas, de hecho, han destrozado comunidades enteras. Cuando la compañía forma parte de un gigantesco emporio capaz de dar órdenes a las autoridades es cuando más vulnerable queda la población. Así es como se cometen crímenes ambientales o evasiones fiscales que nadie persigue y que se esconden detrás del logotipo de ESR (Empresa Socialmente Responsable).
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Uno no podría creer que El Diablo se preocupe, pero probablemente lo está. No tanto por las reacciones locales, sino por el posible desgaste que sufriría su endiablada imagen a nivel mundial, donde el tema 'verde' tiene más peso. Tal vez le preocupan las acciones, tal vez le preocupan sus acreedores internacionales y las quejas que podría recibir. Incluso ya debe estar imaginando las cartas o llamadas telefónicas sobre el tema: "oye, diablo, ¿cómo que en el meritito hogar de Femsa te están acusando de depredador de ecosistemas? Pues no que la empresa es socialmente responsable?"... o "señor diablo, le hablo para decirle que me parece terrible que se le esté señalando en México como un ignorante de las necesidades de protección al medio ambiente, estoy pensando en ya no comprar más acciones".... algo por el estilo.

Y caló tan profundamente el editorial al director general de Femsa, José Antonio Fernández Carbajal, alias "El Diablo", que él mismo se dio su escapadita en el internet para contestar y tratar de mitigar el poderoso efecto del editorial pidiendo en el blog de la periodista un tiempo para "explicar" sus puntos.


El siguiente artículo lo escribió Sanjuana Martínez el 19 de noviembre:

Femsa, depredadora ecológica por un estadio de fútbol
Por Sanjuana Martínez

Imagine ser el dueño de la empresa de bebidas más grande de América Latina, es decir, el vendedor más importante de Coca Cola y cerveza. Imagine ser el dueño de un equipo de fútbol. Ahora agregue a su propiedad un estadio con capacidad para 70 mil personas. Adivinó usted: ¡es el negocio del siglo!
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Como dato adicional, los programas “ecológicos” en los que participa Femsa, según explica su página, están más relacionados con la productividad económica de la empresa que con "responsabilidad social".

Tanto el programa “Consumo de agua” como el programa “Consumo de energía” hablan de lo que Femsa ha hecho para reducir sus costos y elevar su productividad, no de proyectos de desarrollo social para México u otros países donde tiene sus plantas. No se podría esperar menos de una empresa de ese tamaño; es su obligación tener procesos de producción que gasten la menor cantidad de recursos naturales y energéticos. El “ahorro” que presumen genera beneficios para la empresa, pero no son programas que impulsen el desarrollo de comunidades. Por ejemplo, ¿por qué no instalan plantas tratadoras de agua que beneficie a los habitantes de algún municipio de Nuevo León? Por qué no instalan plantas de electricidad en colonias de la ciudad donde se carece de ese servicio?

En cuanto al programa de reciclado, malo sería que no tuviera un buen sistema de reciclaje una empresa que produce tanto plástico basura. Presumen la planta IMER (supuestamente la más grande de Latinoamérica), pero no explican que el reciclaje de plástico PET es un negocio redondo para la empresa.

Es muy significativo que siendo Monterrey la cuna y sede de Femsa, la empresa no haya instalado una planta procesadora de ese tipo en la ciudad. Hablan de múltiples campañas de reciclaje en México y en el mundo, pero es todo un reto encontrar en Monterrey las campañas publicitarias de reciclaje a las que hacen alusión en su página. Ni siquiera en los Oxxos (tiendas de su propiedad) existen carteles o letreros que inviten al reciclaje. Menos aún se puede encontrar en estas tiendas -que venden plástico-basura de sus productos- módulos para depositar el PET.