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Encíclica del Papa Francisco cuestiona el actual modelo de desarrollo y llama a adoptar la ecología integral para defender la 'casa común' y luchar contra el cambio climático

16 de julio, 2015
Redacción


"...entre los pobres más abandonados y maltratados, 
está nuestra oprimida y devastada tierra”.

“La deuda externa de los países pobres se ha convertido
en un instrumento de control, pero no ocurre
lo mismo con la deuda ecológica”.
Francisco


La figura del Papa Francisco ha levantado polémica desde el inicio de su pontificado en marzo de 2013 y es calificado lo mismo de conservador que de progresista. Discursos, declaraciones y diversas acciones le han valido críticas y alabanzas. Pero si hay un texto en definitiva que representa al menos una gran parte de la visión política de Jorge Mario Bergoglio, esta sería la "Carta encíclica Laudato Si' del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la casa común", publicada el 24 de mayo de 2015.

La 'encíclica' es una carta solemne que dirige el líder de la Iglesia católica a las y los fieles de esa religión en todo el mundo, sin embargo, frente al deterioro ambiental global, Francisco se dirige "a cada persona que habita este planeta”.

A partir de su publicación, Francisco ha iniciado una campaña para hacer visible la lucha contra el cambio climático con miras a hacer una importante intervención en la a 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), o COP21, que se celebrará del 30 de noviembre al 11 de diciembre de 2015 en Paris-Le Bourget, y que congregará aproximadamente 40 mil participantes, entre delegados que representarán a cada país, observadores y miembros de la sociedad civil.


El mensaje

En la introducción a su texto Francisco recuerda que su guía e inspiración, San Francisco de Asís, es el ejemplo "del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad”, ya que en él "se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior”.
"Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a la maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos íntimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarán de modo espontáneo”.
Ante el desafío urgente de proteger la 'casa común', es decir, el planeta Tierra, Francisco hace un llamado a "unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar”. 

Francisco hace un reconocimiento a las y los defensores del medio ambiente al considerar que "merecen una gratitud especial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramáticas de la degradación ambiental en las vidas de los más pobres del mundo”.

Se trata de ir hacia un nuevo diálogo, hacia una nueva solidaridad universal, dice Francisco.

Hace especial hincapié en que "muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás” y cuestiona las actitudes "que obstruyen los caminos de solución aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas”.

Por esa razón es que manifiesta la urgencia de contar con el aporte de cada persona desde su cultura, sus iniciativas y capacidades: 
“Si tenemos en cuenta la complejidad de la crisis ecológica y sus múltiples causas, deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de interpretar y transformar la realidad. También es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad”.
 El texto de Francisco parte de contextualizar la crisis ecológica actual, también busca llegar a las raíces de la actual situación para no mirar sólo síntomas sino las causas más profundas. para terminar proponiendo una ecología que "incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea”. Estos son los ejes que atraviesan toda su encíclica:

"...la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida”.
Portada de la encíclica impresa por la Liberría Editrice Vaticana. Foto AFP.

Las reacciones

El Papa Francisco ha realizado un "enorme cambio en el discurso ecológico", dice el teólogo brasileño Leonardo Boff, "al pasar de la ecología ambiental a la ecología integral". Por esa razón es que Boff le ha llamado la "Carta Magna" de la ecología.
"El aporte principal es el hecho de que el Papa asume un nuevo paradigma ecológico, según el cual todos los seres son interdependientes y están en relación. Es decir: no se puede abordar un problema sin pensar e incluir a los otros. Supera de esta forma el antropocentrismo que imagina que todos los seres tienen solamente valor en la medida en que se ordenan al ser humano. El Papa reafirma el valor intrínseco de cada ser porque revela algo del misterio del universo y conlleva una revelación del creador. A pesar de las amenazas que pesan sobre la Casa Común -el planeta Tierra- Francisco destaca esperanza en la capacidad del ser humano de despertar y ponerse en situación de cuidado por todo lo que existe y vive". (Tiempo Argentino - 25 de junio, 2015)
En su análisis sobre la encíclica de Francisco, el teólogo brasileño señala que para enfrentar los múltiples aspectos críticos de la crisis del mundo el Papa propone la ecología integral, la cual tiene un presupuesto teórico que:
"... deriva de la nueva cosmología, de la física cuántica, de la nueva biología, en una palabra, del nuevo paradigma contemporáneo que implica la teoría de la complejidad y del caos (destructivo y generativo). En esa visión, lo repetía uno de los fundadores de la física cuántica, Werner Heisenberg; 'todo tiene que ver con todo en todos los puntos y en todos los momentos; todo es relación y nada existe fuera de la relación'".
Boff considera que esta visión no ha logrado imponerse en la política y en la orientación de los problemas sociales y humanos.
"Todos seguimos siendo rehenes del viejo paradigma que aísla los problemas y busca una solución específica para cada uno sin darse cuenta de que esa solución puede ser dañina para otro de los problemas. Por ejemplo, el problema de la infertilidad de los suelos se resuelve con nutrientes químicos que, a su vez, penetran en la tierra y alcanzan el nivel freático de las aguas de los acuíferos envenenándolos. 
Quien es considerado el máximo representante de la "teología de la ecología", viene analizando el trabajo del pontífice de origen argentino en su libro "Francisco de Asís y Francisco de Roma", e el que destaca la ruptura que este Papa está llevando en la Iglesia con una vuelta a los orígenes del cristianismo.
"Teilhard de Chardin tenía razón cuando en los años 30 del siglo pasado escribía: 'la era de la naciones ya pasó. La tarea que tenemos por delante, si no perecemos, es construir la Tierra', Cuidando la Tierra con tierno y fraterno afecto en el espíritu de San Francisco de Asís y de Francisco de Roma, podremos seguir 'caminando y cantando', como concluye la encíclica, llenos de esperanza. Todavía tenemos futuro y vamos a irradiar".
Por su parte, el Dr. José Luis Lezama, del Colegio de México (Colmex), destaca la gran autoridad moral que tiene el Papa sobre el mundo católico y el mundo en general. 

El director del Seminario Interdisciplinario sobre Estudios Ambientales y Desarrollo Sustentable del Colmex, considera que la importancia de la encíclica radica en que logra una muy buena conciliación entre los principios que tienen que ver con la fe y los principios que tienen que ver con la ciencia y la razón. Para el investigador la relevancia de la encíclica no es que sea novedoso lo que dice sino cómo logra juntar los diferentes factores que explican la crisis ambiental. 

Lezama sitúa a Francisco dentro de un pensamiento de la ecología política ecocentrista, es decir aquella que piensa que el mundo no fue creado para el mundo de los humanos, le da un valor intrínseco a la naturaleza, al mundo no humano. Incluso, considera que Francisco se acerca mucho a la corriente de la ecología profunda (deep ecology), la más radical dentro del pensamiento ecológico moderno. 

"La naturaleza no es un simple medio ambiente, es un fin en sí mismo", explica Lezama, "la naturaleza en sí misma es la principal fábrica de vida en el universo" y por ello "nosotros nos debemos a la naturaleza".

En este video producido por el Programa de Educación Digital de Colmex Digital pueden conocer el análisis completo del Dr. José Luis Lezama.




Naomi Klein, periodista e investigadora canadiense de gran influencia en el movimiento contra la economía neoliberal y a favor  del socialismo democrático, considera que, como una feminista secular judía, el Papa también le habla a ella. 
La periodista aseguró que “muchas cosas cambiarán con la publicación de la encíclica”, lo que “puede ser un problema real para los políticos de Estados Unidos que contaban con usar la Biblia como su escudo para esconder su oposición a actuar contra el cambio climático”. 
"Como bien señala la encíclica, la negación toma muchas formas distintas”, criticó Klein y en referencia a los críticos del texto papal explicó: “Muchos en el espectro político alrededor del mundo aceptan la ciencia, pero rechazan sus difíciles implicaciones”. 
“Son los que dicen que el papa Francisco puede tener razón sobre la ciencia, e incluso sobre los temas de moral, pero que piden que deje la economía y la política a los expertos. Son los que saben sobre privatizaciones de agua, por ejemplo, y cómo el mercado puede resolver todo”, señaló con ironía. 
télam (1/07/2015) 
Por otra parte, el pasado 18 de junio de 2015 las Organización de las Naciones Unidas (ONU) elogió la encíclica del Papa Francisco por el llamado a luchar contra el cambio climático. El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, apuntó que la encíclica destaca un sólido consenso científico que muestra que el calentamiento del planeta en las últimas décadas se debe principalmente a la actividad humana. 
"El Papa Francisco y yo estamos de acuerdo en que el cambio climático es una cuestión moral que requiere acciones urgentes y globales. Es una cuestión de justicia social, derechos humanos y ética fundamental", dijo Ki-moon.

¿Cómo se divide el texto?

El contenido de la carta encíclica es vasto. Al inicio hay una exposición de motivos y luego continúan cinco capítulos.

A manera de introducción y para contextualizar , en el Capítulo primero. Lo que le está pasando a nuestra casa Francisco revisa los temas de la contaminación y cambio climático; la cuestión del agua, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social; la inequidad planetaria, y concluye señalando la debilidad de las reacciones ante la crisis y la diversidad de opiniones sobre las problemáticas planteadas.

En el Capítulo segundo. El evangelio de la creación Francisco reflexiona sobre la luz que ofrece la fe; la sabiduría de los relatos bíblicos; el misterio del universo; el mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado; una comunión universal; el destino común de los bienes; y la mirada de Jesús.

Para el Capítulo tercero. Raíz humana de la crisis ecológica el líder de la Iglesia católica revisa a profundidad factores como la creatividad y poder a través de la tecnología; la globalización del paradigma tecnocrático; la crisis y consecuencias del antropocentrismo moderno. Además, distingue entre las características de la ecología ambiental, económica y social; la ecología cultural y de la vida cotidiana. Finaliza el capítulo con el análisis del principio del bien común y l justicia entre las generaciones.

En el Capítulo cuarto. Una ecología integral el Papa Francisco amplia el concepto central de la encíclica y presenta un diálogo sobre el medio ambiente en la política internacional; un diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales; habla de la necesidad del diálogo y transparencia en los procesos decisionales; de la política y economía en diálogo para la plenitud humana; y por último resalta la relevancia del diálogo de las religiones con las ciencias.

Con el Capítulo quinto. Algunas líneas de orientación y acción el llamado de Francisco es para apostar por otro estilo de vida; por una educación para la alianza entre la humanidad y el ambiente. Habla de la necesaria conversión ecológica, así como del amor civil y político. Cierra con un acercamiento espiritual hacia los signos sacramentales y el descanso celebrativo; la trinidad y la relación entre las criatura; hasta finalizar con un mensaje "más allá del sol" y una "Oración por nuestra tierra".

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